No todo vale
Todos sabemos que las conductas irresponsables se dan y están muy bien pagadas. Los resultados son el fín de cualquier actividad empresarial, y es lícito maximizar el beneficio. ¡Pero no todo vale!
Hemos de competir arriesgando lo que es legítimo y nuestro, como el patrimonio, las horas de sueño, el tiempo de nuestra familia… Y no es poco riesgo, y a el tenemos que dedicar nuestros esfuerzos.
No vemos futuro en ningún proyecto empresarial ni personal, en el que la ética no sea un elemento esencial. Por ello, y con mucha vocación de tener un futuro largo y próspero, será uno de nuestros valores esenciales y formará parte de toda nuestra actividad.
